martes, 6 de diciembre de 2011

¿Qué me alejó de "La Izquierda"?

Mientras preparo el post (largo y espero que bien documentado) sobre el anarcocapitalismo, me puse a pensar por qué hace tan solo un par de años me considaba "un zurdo más" y ahora estoy prácticamente al extremo opuesto de la izquierda (aunque no me considero de derecha, porque esa palabra se aplica a los conversadores, más que nada, pero en fin). Y creo que llegué a una conclusión.

Lo digo claro: De la izquierda me alejó las ganas de ver opresión en todos lados. Lo mismo pasa con el feminismo, el movimiento LGTB y básicamente cualquier organización que se encargue de defender a una minoría. Se van al carajo con el discuro simplista, muchas veces resentido que pide por legislación por cada pelotudez que pasa con tal de buscar "que no se sientan ofendidos".

[caption id="" align="aligncenter" width="604" caption="Hacé tu vida y que los demás la suya. PUNTO."][/caption]

Porque cuando uno lee a alguien diciendo que la prohibición de la prostitución está bien (porque que la mujer venda su cuerpo es opresión), o que el porno tiene una base "maligna cuyo único objeto es oprimir a la mujer", o que ven al problema de las drogas como "producto de opresión del capitalismo" o cosas así, y las dice alguien que supuestamente está a favor de la libertad, uno se queda pensando: ¿Qué es la libertad para esta gente?

Porque si algo que odio es la concepción cristiana de "hay que salvar al otro de sí mismo, hay que ayudarlo que se no destruya, hay que mejorarlo, hay que hacerlo más lindo, más inteligente, más racional, más fuerte, más comprometido, más... más... más como yo."

Salvar al otro de sí mismo es lo que nos trajo tantos problemas en principio. Nos trajo la prohibición del matriomonio gay, nos trajo la ilegalización de las drogas, la cantidad de enfermedades mentales que tenemos hoy en día (cada día más gente toma más cosas para la cabeza, muchas veces en contra de su voluntad), la aceptación de los gobiernos autoritarios y déspotas, nos trajo la prohibición de la muerte digna y del suicidio asistido... y puedo seguir.

Y noten qué, a propósito, digo: ilegalización de las drogas, del matrimonio gay, etc. ¿Por qué? Porque muchos olvidaron, que si no se hubiese legislado en contra de eso hace tiempo (o legislado mal), eso nunca hubiese estado prohibido.

No digo que, por ejemplo, lo del matrimonio gay no sea un éxito. Lo es, y me levanté feliz el día que se aprovó. Lo que digo es que muchos no ven el problema de fondo, el problema que estuvo atrás de todos estos problemas siempre: el estado. Todas estas nuevas leyes, lo que hicieron, fue recuperar una libertad que deberíamos haber tenido siempre, pero nos la quitó el estado (y ahora nos la volvió a dar, como si fuesemos sus hijos, que él decide cuando estamos maduros para ciertas cosas).

Y lo que más resulta curioso, es que para muchos de los que tanto tiempo han sido oprimidos por el estado (y esta vez, uso la palabra opresión con razón), la solución esté en más leyes, más legislación, más protección, más policías, más más más y más estado. ¿No se dan cuenta de que es al revés?

1 comentario:

  1. [...] menos que sigas consintiendo con la tonta noción de que hay que salvar a la gente de sí misma (es decir, “curar” a cualquier enfermo a la fuerza); este argumento tiene absolutamente [...]

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