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viernes, 30 de agosto de 2013

Palabras mágicas y dioses falsos

Traducción de un artículo en FEE: Magic Words and False Gods, por Gian Piero de Bellis

Cualquier acción productiva requiere que el actor piense claramente. Esto se vuelve particularmente cierto en la comunicación. En The Ultimate Foundations of Economic Science (1962), Ludwig von Mises comentaba que "el peor enemigo del pensamiento claro es la inclinación a hipostasiar, es decir, darle sustancia material a las construcciones mentales o conceptuales".

En otras palabras: no existe tal cosa como "la sociedad".

Mises continua:
"La hispotatización no es meramente un falacia epistemológica y no solo lleva a conclusiones erroneas en la búsqueda del conocimiento. En las llamadas ciencias sociales sirve frecuentemente a ideas políticas que ponen a la colectividad en un lugar más importante que al individuo, o incluso afirman que solo el colectivo existe y niegan al individuo, llamándolo una simple abstracción."

La falacia de la hispotatización, sin embargo, no está reservada exclusivamente a los colectivistas. También la usan muchos que creen en la importancia de la libertad individual.

Si el colectivista cae en esta falacia cuando usa la palabra mágica "sociedad" ("es culpa de la sociedad"; "la sociedad va a intervenir"), el individualista la emplea cuando usa la palabra mágica "mercado".

[caption id="attachment_1239" align="aligncenter" width="800"]Democracia significa demasiadas cosas como para ser usada efectivamente en una discusión. Democracia significa demasiadas cosas como para ser usada efectivamente en una discusión.[/caption]

Dualismo teológico


Cuando se usan los términos "sociedad" y "mercado" parece que se a hace referencia a algún ente todopoderoso con vida propia. Se les atribuyen a estas entidades la responsabilidad de todo: deberían reparar cualquier agravio, administrar justicia, mejorar la calidad de vida en el mundo y llevarnos a la Tierra Prometida.

Al hablar así, tanto los colectivistas como los individualistas traicionan los principios básicos de la ciencia basada en realidad empíricas (no en entes ficticios) y además ignoran los consejos de aquellos a quienes, ellos dicen, son los creadores de sus ideas. Como ya vimos, la hispotatización no le cae bien a Mises. Los libertarios deberían tomar nota.

En cuanto a los colectivistas, es relevante mencionar lo que Karl Marx decía sobre el término "sociedad": " (...) Es de lo más necesario evitar postular a la 'sociedad' como una abstracción que se enfrenta al individuo" (Karl Marx, Economic and Philosophic Manuscripts of 1844) 

La hispotatización debería entonces ser evitada porque es falaz, irreal, ambigua y divisiva. Es irreal porque no tiene fundaciones empíricas que puedan clarificar, con cierta exactitud, las características y esferas de referencia de hispotatización. Es ambigua porque puede tener significados diferentes dependiendo de a quién le preguntes; definiciones contrarias podrían ser dadas para la misma hispotatización. Y es evidentemente también divisiva: puede ser tomada por políticos y demagogos con el fin de inventar falsos agentes y enemigos que se vuelven, muy convenientemente, los chivos expiatorios de aquellos que tienen el poder.

El uso continuo de esta falacia hace muy parecidos a aquellos que quieren deshacerse del poder estatal y a aquellos que adoran al estado. De hecho, es muy difícil convencer a alguien de que cambiar a la entidad ficticia "sociedad" por la entidad ficticia "mercado" (o viceversa) no va a cambiar nada. Cualquier mente crítica y perceptiva ya ve al Estado todopoderoso detrás de la palabra "sociedad" y a las corporaciones todopoderosas detrás de la palabra "mercado". Y los más perceptivos de este grupo ven al Estado Corporativo como una bestia particularmente peligrosa. Por eso, son inmunes a estas falacias.

Entonces, ¿qué hacemos con estas "palabras mágicas"? Consideremos algunas soluciones.

Concretizar: la propuesta de Orwell.


En Politics and the English Language (1946), George Orwell, después de haber tratado largo y tendido la interconección entre el lenguaje y pensamiento vago, remarca que "la tendencia de la prosa moderna es a alejarse de lo concreto". Orwell sugiere que es mejor "posponer el uso de palabras el mayor tiempo posible y primero hacer claro el sentido de lo que se quiere expresar a través de imágenes o sensaciones. Luego de eso uno puede elegir (...) las frases que mejor van a describir el significado (...) Este último esfuerzo mental recorta todas las imágenes viciadas, todas las frases prefabricadas, las repeticiones innecesarias y las patrañas y vaguedades en general".

Antes de usar cualquier técnica de comunicación demasiado sofisticada, debería escuchar a Orwell y comenzar por lo claro, lo conciso y lo concreto. 

Operacionalizar: la propuesta de Bridgman


En The Logic of Modern Physic, P.W. Bridgman sugiere que operacionalizemos conceptos científicos. Es decir, que describamos las operaciones que transforman estos conceptos en mediciones empíricas y acciones. Esto elimina ambigüedades y posibles malentendidos, según Bridgman, que escribe que "el verdadero sentido de un término se encuentra al observar lo que alguien hace con él, no lo que dice sobre él". El largo de una persona, por ejemplo, puede ser definido como la cantidad de veces que cierta vara puede ser puesta, de punta a punta, a su costado.

¿Qué tiene que ver esto con nuestra charla sobre los mercados?

Que uno debería reemplazar el término vago "mercado" por la expresión concreta de "gente que se ve envuelta en intercambios voluntarios"; y después debería operacionalizar esta expresión midiendo el nivel de libertad efectiva (accesibilidad, universavilidad, etc) de un lado y los impedimentos a esa libertad (tarifas, impuestos, etc) del otro, y notar cualquier crecimiento o dismininución de la riqueza de cualquiera de los dos lados.

En las últimas décadas, la tecnología ha estado cambiando las relaciones sociales en un sentido mucho más profundo y real de lo que cualquier científico o activista social de cualquier época, por más bienintencionadas que sean sus esfuerzos.  Sospecho que la razón es que la gente envuelta en proyectos tecnológicos deben tener términos e ideas claras para comunicarse e implementar, finalmente, estos conceptos. Ya es hora de que los individuos involucrados en cambiar nuestras tecnologías sociales hagan lo mismo.

martes, 2 de julio de 2013

Coraje para ser utópico

[caption id="attachment_1158" align="alignright" width="168"]Hayek Hayek[/caption]

Traducción mia de un artículo de Lawrence J. McQuillan para el Mises Institute

En "Los intelectuales y el Socialismo", el premio nobel F.A. Hayek discute como las ideas ganan aceptación en la sociedad moderna. Pero más importantes son sus afirmaciones sobre cómo ganar a los que apoyan la idea de un "gobierno grande". Sus pensamientos son muy relevantes para este Día de la Independencia(1).

A largo plazo, los intelectuales públicos, que Hayek llamaba "distribuidores profesionales de ideas de otros", tienen una influencia muy importante en las políticas publicas, ya que ayudan a formar la opinión pública.

Un intelectual público no tiene por qué ser un pensador, erudito o experto. No tiene que poseer conocimientos especiales o ser particularmente inteligente. Un intelectual público debe poder hablar y escribir sobre una gran cantidad de temas y debe enterarse sobre las nuevas tendencias antes que los demás. Sirven como intermediarios en la propagación de ideas.

Estos intelectuales incluyen a los periodistas, profesores, pastores, publicistas, conferenciantes; a los comentaristas de radio, televisión e internet; a los escritores de ficción, artistas, actores e incluso científicos y doctores que se explayan más allá del área en la que son expertos. "Son estos intelectuales los que deciden qué opiniones y puntos de vistas nos llegan, qué hechos son lo suficientemente importantes como para que se nos cuenten, de qué forma y desde qué ángulo serán presentados. Si terminamos o no sabiendo los resultados del trabajo de los expertos y los pensadores originales depende, más que nada, de sus decisiones", escribió Hayek.

Los intelectuales públicos son los guardianes de las ideas en la sociedad moderna, y los votantes tienden a seguirlos en el largo plazo.

"No es exagerado decir que, una vez que la parte más activa de los intelectuales se ha convertido a un sistema de creencias, el proceso por el cual la mayoría las termina aceptando es automático e irreversible... Sus opiniones y convicciones son el colador por el cual todas las nuevas concepciones deberán pasar antes de llegar a las masas".

Los eruditos, científicos y expertos creen muchas veces que estos intelectuales "no entienden demasiado de nada", pero restarles importancia es un gran error, porque "es su opinión la que determina, en gran parte, las ideas que la sociedad tendrá en un futuro no muy lejano". Así que se debe convencer a los intelectuales, no ignorarlos, pero, ¿cómo?

Ya que un intelectual público tiende a no ser un experto en un solo tema, juzgan ideas nuevas "por qué tan bien se ajustan a sus concepciones generales, a la visión del mundo que él sostiene como moderna o avanzada". En la política de hoy, el preconcepto que guía a los intelectuales es que el planeamiento y control central son siempre mejores que los enfoques descentralizados o individualistas. Para el intelectual moderno "el control deliberado o la organización consciente son, en asuntos sociales, siempre superiores a los resultados de procesos espontáneos no dirigidos por una mente humana. Creen que cualquier orden dictada de acuerdo a un plan debe ser mejor que una formada por el balance entre dos fuerzas que se oponen".

¿Como camba uno, entonces, los preconceptos  que van en contra de las bases de una sociedad libre? Hayek era enfático en lo siguiente: no son sus propios intereses o sus intenciones malévolas, sino sus "honestas convicciones y buenas intenciones las que determinan las opiniones de los intelectuales". Hayek recomendaba a los libertarios que usen esas buenas intenciones y que tomen prestadas algunas estrategias de los socialistas.

"El intelectual, por naturaleza, no está interesado en los detalles técnicos o en las dificultades prácticas. Lo que le atraen son los futuros sin límites y la perfecta compresión del orden social que prometen los sistemas planeados." Por eso, los libertarios deben aprovechar esta característica visionaria y tener "el coraje soltar sus pensamientos utópicos"

Hayek advertía a los libertarios: no gasten todas sus fuerzas en los debates políticos, conserven energías para especular largo y tendido. Esa es la fuerza de los socialistas y lo que atrae a los intelectuales. Los liberales clásicos deben estar preparados para ser vistos como "poco prácticos" y "poco realistas" por los lideres políticos actuales para poder ganar la atención de los intelectuales, que están, esencialmente, difundiendo ideas.

En vez de concentrarse exclusivamente en mejorar apenas las leyes actuales, los libertarios deberían ofrecer grandes reconstrucciones y abstracciones que reclamen la imaginación e ingenuidad de los intelectuales. Deben proveer una imagen clara de como será la sociedad que quieren lograr, sin exagerar o ser extravagantes, pero de una forma que inspire a la imaginación de los intelectuales.

Para cambiar la opinión de los intelectuales, uno debe demostrar los límites del planeamiento y control gubernamental  y obligar a ver por qué se vuelve categóricamente dañino si se extiende más allá de esos límites, tan dañino que puede incluso socavar los mismos ideales que les gustan tanto a los intelectuales. La clave está en concentrarse en los ideales, porque los ideales despiertan la imaginación del intelectual. Por ejemplo, "libertad de oportunidades" es un ideal. "Reducción de los controles en las oportunidades" es un compromiso político y es mejor que lo hagan los políticos. "Igualdad ante la ley" es un ideal. "Un importante paso en pos de la igualdad" es un compromiso político.

Hayek era realista y sabía de los desafios que se venían: "Quizás en una sociedad libre como la que conocemos lleve dentro de sí las fuerzas de su propia destrucción; quizás una vez que la libertad se haya logrado se de por sentado y deje de ser valuada; quizás el incremento de las ideas, que es la esencia de una sociedad libre, traiga consigo la destrucción de las bases de esta sociedad". "Para evitar esto debemos caratular la tarea de construir una sociedad libre como 'emocionante y fascinante", como hace cualquier esquema socialista, así se convierte en una aventura intelectual basada en ideales atemporales que, cuando se llevados a la práctica, mejoran la vida del ser humano. Esto llevará tiempo".

"El socialismo nunca y en ningún lado fue, en principio, un movimiento obrero. Es una construcción de teóricos" esparcida por intelectuales, escribió Hayek.

Les llevó mucho tiempo a los intelectuales persuadir a la clase obrera de aceptar esta construcción, y los libertarios deben, también, tomar esta visión a largo plazo, enfocados siempre en la meta. Si tienen el "coraje para ser utópicos" y siguen al pie de la letra el plan de batalla de Hayek, podríamos alejarnos del camino a la servidumbre. Algo para pensar en el Día de la Independencia.

1 - N.T: Se refiere a la fiesta por la independecia estadounidense, este próximo 4 de Julio

jueves, 15 de diciembre de 2011

Anarcocapitalismo 1: ¿Qué es? / El axioma de no agresión / ¿Por qué?

Como les vengo contando de hace rato, estaba preparando un post sobre el anarcocapitalismo. A mitad de eso estoy cuando me doy cuenta de que el artículo va por las 1.500 palabras, estaba muy mal organizado y no lo iba a terminar nunca, así que decidí que, en vez de hacer un post larguísimo, haría varios más cortos y concisos, así que acá vamos.

Anarcocapitalismo: ¿Qué es?


[caption id="attachment_383" align="aligncenter" width="400" caption="El negro, representando la ausencia de estado; el amarillo, el oro, símbolo del capitalismo."][/caption]

El anarcocapitalismo es una filosofía política libertaria e individualista. No es ni una teoría económica (porque usa otras ya existentes, sobre todo la rama austriaca de la economía), ni es una forma de hacer gobierno (porque el anarcocapitalismo se opone al estado en todas sus formas). Se diferencia de otras formas de anarquismo porque es el único que sostiene la legitimidad de la propiedad privada; aunque se pueden encontrar varias coincidencias con otras formas anarquistas, sobre todo con el mutualismo.

Hace incapíe en las libertades de cada individuo, que no debería ser eliminadas por ninguna razón. Se organiza sobre un esquema social voluntarista. El estado, al ser una institución no voluntaria (uno no elige formar parte del estado, ni pagar impuestos, ni nada por el estilo) se considera entonces una organización que se financia a través de la coerción y el uso de la fuerza.


Es importante notar, que a diferencia de otras formas de libertarianismo (minarquismo y demás), en una sociedad anarcocapitalista todo sería voluntario. Es decir, incluso las funciones que hoy en día se creen más elementales del estado (salud, educación, justicia, etc) serían brindadas por compañias privadas.

Tambien vale decir que, aunque en expreso rechazo a cualquier forma estatista de posesión (o mejor, dicho, robo), digase: impuestos, expropiación, etc; el anarcocapitalismo no rechaza bajo ningún concepto la propiedad comunal de algunas cosas (es decir, un grupo de gente podrían ser dueños de algo y dejar que se use como bien público). En principio, el anarcocapitalismo no se opone a NADA, siempre y cuando la acción no sea llevada a cabo gracias a la fuerza (herramienta de la que hoy en día posee, en su mayor parte, el estado). Y esto es así porque...

El axioma de no agresión


El principio de no agresión, axioma de no agrsión, non  agression principle o NAP es una de las principales bases de cualquier movimiento libertario. Básicamente dice: "No tenés derecho a meterte con nadie si ese alguien no te hizo nada a vos antes"

The non-aggression principle (also called the non-aggression axiom, the anti-coercion principle, the zero aggression principle, the non-initiation of force), or NAP for short, is a moral stance which asserts that aggression is inEl herently illegitimate. Aggression, for the purposes of the NAP, is defined as the initiation or threatening of violence against a person or legitimately owned property of another. Specifically, any unsollicited actions of others that physically affect an individual’s property, including that person’s body, no matter if the result of those actions is damaging, beneficiary or neutral to the owner, are considered violent when they are against the owner’s free will and interfere with his right to self-determination.


El principio de no agresión (también llamado axioma de no agresión, el principio anti coerción, el principio de cero agresión o la no iniciación de la fuerza) es una posición moral que afirma que la agresión es inherentemente ilegítima. El NAP define agresión como la iniciación o amenaza de iniciación en contra de una persona o de un bien que es legítimamente poseído por ella. Específicamente, cualquier acción no solicitada llevada a cabo por otros que afecten físicamente la propiedad de un individuo (incluyendo su propio cuerpo), sin importar si el resultado de esa acción es bueno, malo o neutral para el propietario, son consideradas violentas si fueron llevadas a cabo en contra de la voluntad del propietario e interfieren con su derecho a la auto determinación. 


Es un concepto muy fácil de entender, y sinceramente un código moral sobre el que (creí) vivir siempre, solamente que no encontraba una palabra para describirlo.

Algo que vale la pena destacar, porque puede generar confusiones: El axioma de no agresión NO ES un "ideal", no es una base sobre de la que todos tenemos que actuar para poder vivir en paz y tener una sociedad libre. El axioma de no agresión es una regla que indica, simplemente, cuando está justificado el uso de la fuerza para retornar al estado previo de las cosas (antes de que la agresión primera sea cometida).

¿Por qué?


[caption id="" align="aligncenter" width="300" caption="¿Quien es dueño de vos mismo?"][/caption]

¿Por qué querríamos una sociedad anarcocapitalista? Bueno, si vienen leyendo el post entero, tendría que, si bien quizá no compartir, entender algunas de las principales razones: El NAP y el concepto de voluntarismo.

El NAP es una parte muy importante del anarcocapitalismo (y de cualquier movimiento que se defina como libertario), y sinceramente es díficil no compartir lo que dice. Al menos para mi, lo fue. Una vez que dije: "Sí, lo que dice el NAP está bien" lo demás se va dando, cuando uno se pone a pensar de qué manera se comporta el estado, como sirve para oprimir, como va en contra de nuestra voluntad, etc.

Y otras es el concepto de voluntad, y es lo que considero una de las cosas que hace tan copada la vida. La voluntad lo es todo. La voluntad es lo que da ganas de vivir, al menos para mi. Y cuando uno se da cuenta de que hay una empresa gigante (porque el estado es una empresa que se mantiene a fuerza de pistola, no crean otra cosa) que te dice qué podes hacer, que no podés hacer, que tendrías que hacer; que estimula ciertas cosas para que las hagas, que desincentiva a hacer otras para que no las hagas... como que te bajonea un poco.

Creo que esta cita de Robert Paul Wolff:

The defining mark of the state is authority, the right to rule. The primary obligation of man is autonomy, the refusal to be ruled. It would seem, then, that there can be no resolution of the conflict between the autonomy of the individual and the putative authority of the state. Insofar as a man fulfills his obligation to make himself the author of his decisions, he will resist the state's claim to have authority over him. That is to say, he will deny that he has a duty to obey the laws of this state simply because thehey are the laws. In that sense, it would seem that anarchism is the only political doctrine consistent with the virtue of autonomy


Lo que define al estado es la autoridad, el derecho a ordenar. La principal obligación del hombre es la de ser autónomo, la de negarse a ser ordenado. Parecería, entonces, que no puede haber una solución para el conflicto entre la autonomía del hombre y la supuesta autoridad del estado. Mientras el hombre cumpla su obligación de hacerse a sí mismo el hacedor de sus decisiones, resistirá la llamada del estado para ser mandado. Es decir, rechazará las leyes simplemente porque son leyes. En ese sentido, parecería que el anarquismo es la única posición política consistente con la virtud de la autonomía,


Hay muchos, muchos argumentos a favor del anarcocapitalismo, e incluyen la eficiencia del libre mercado, la inmoralidad del estado, la necesidad de hacer al hombre libre, etc, etc, etc.. Y hay muchos en contra también. Pero la pregunta, al fin, reside en: ¿Creo que alguien tiene el derecho a decirle a los demás que tiene que hacer? Si tu respuesta es no, quizá te interesen los próximos posts... puede que te guste mi filosofía política.